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Manifestación nacionalista con Artur Mas a la cabeza |
La fábula
de Samaniego viene a recrear el panorama político que se vive en Catuluña, por
las exigencias constantes de los nacionalistas catalanes (las ranas) que no se
conforman con la autonomía de la que gozan (con más privilegios que en ningún
país europeo) y desean un Rey (un Jefe de Estado y considerarse como tal si
consiguiera la independencia).
El Presidente de dicha Comunidad
Autónoma, Artur Mas, verdadero impulsor del movimiento separatista catalán en
estas últimas décadas, con sus exigencias, chantajes, amenazas veladas y demás artimañas,
dice en estos últimos días -en la inauguración de las XXIX reunión del Círculo
de Economía en Sitges, donde se ha vuelto a afirmar el derecho de Cataluña a
ser un Estado independiente-, de su deseo de "hablar seriamente" de
una reforma de la Constitución -es decir, que dicha reforma permita que
Cataluña se declare independiente de España, aún siendo una parte integrante
del Estado español-, si las instituciones del Estado y los dos grandes partidos
plantearan dicha posibilidad de reforma, aunque considera que es algo muy
difícil de conseguir.
Todo ello, está motivado por el
"desmembramiento del autogobierno" que, según Mas, está sufriendo
Cataluña y esta situación exige una salidas alternativas, una de las cuales
podría ser el "derecho a decidir", pero matizadno que no tiene que
implicar la independencia de hecho. La otra alternativa sería la posible
reforma de la Constitución, para lo que afirma que "Pocas voces en España
y algunas en Cataluña defienden la refundación del Estado. Quiero ver si esto
es real. Que las instituciones y los dos partidos nos digan el alcance de esta
reforma. Si se ponen de acuerdo y nos llaman, iremos". Añade que Catalula
no tiene interés en ser independiente si Europa se inclinase hacia una
estructura realmente federal - no sólo pretende cambiar el mapa español, sino
también el europeo-. Por lo que si se diera ese supuesto, Cataluña desearía ser
como Massachussets dentro del seno de los Estados Unidos de Europa.
Descarta también una posible reforma del
Estatut catalán, advirtiendo que si las dos alternativas expuestas fallasen, sólo
les cabría celebrar un referéndum para que los catalanes manifiesten si desean
o no la independencia. Además, insiste en que ."Puede dar pereza, temor, o miedo... pero nos tenemos que afrontar a
ello". Es decir, que lo que opinen y voten los catalanes tendrá más
importancia y fuerza que la propia Constitución y la organización territorial
española y será decisivo para el futuro de Cataluña y el Gobierno español
tendrá que acatarlo "sí o sí", a juicio del "futurible"
Jefe de Estado catalán...
A todo este disparate, se suma las
declaraciones de los coordinadores de IU, ICV y EUiA, Cayo Lara, Joan Herrera y
Juan José Nuet que han llevado a cabo este miércoles en el Congreso la firma de
un acuerdo que sirva de base para el debate sobre el futuro de Cataluña. Cayo
ha manifestado que IU desea que se lleven a cabo las reformas legislativas
necesarias para que Cataluña pueda celebrar el referéndum y que éste se realice
dentro de la legalidad. Para ello, opina que se debe modificar la ley que hace
necesaria la autorización del Gobierno central e, insistió, en que IU no quiere
la independencia, pero sí que se reconozca el supuesto "derecho a
decidir" no sólo para Cataluña, Euskadi, Galicia y el resto de los pueblos
que conforman España -y sólo le faltó añadir y parte del extranjero-.
...y la historia fabulada:
Los nacionalistas
catalanes (las ranas), que viven en una Autonomía con los mayores privilegios
autonómicos de toda Europa (laguna), feliz y libremente desde que consiguieron
el Estatut, solicitan continuamente al Estado central (Júpiter) un Rey (Jefe de
Estado, al ser declarada Cataluña independiente). El Gobierno le responde que
tienen que respetar la Constitución y las leyes aplicables (el palo que le
arroja y se atemorizan y acallan un poco su demanda en apariencia). Sin
embargo, algunos líderes del nacionalismo catalán (la rana que asoma la cabeza)
empieza a ridiculizar a la Constitución y al Gobierno y desprecian la legalidad
vigente, uniéndose a las voces de los aliados (la turba) en la solicitud de
independencia (CIU, ICV, EUiA y otros). Artur Mas (el culebrón), empieza a
morder, rasgar y tragar (desacato a las Sentencias de los Tribunales,
imposibilidad de hablar castellano en las escuelas, aumento de la fiscalidad, problemas
económicos para pagar los servicios sociales públicos, etc.) y los catalanes
sensatos, entre los que destacan los propios empresarios, viendo el peligro que
se cierne sobre la economía de Cataluña, comienzan a quejarse de los desmanes
de los nacionalistas y sus peligros y amenazan con sacar de Cataluña sus
empresas si siguen con el proyecto de independencia. El Gobierno les responde (a
los nacionalistas) que no tolerará que no se respete la Constitución con todos
los medios a su alcance, entre los que se encuentra el pacto de fiscalidad que
aún no ha alcanzado Cataluña, según sus exorbitantes demandas fuera de lugar.
Y
así sucede siempre como le respondió Júpiter
a las ranas quejumbrosas por el nuevo rumbo que había tomado su antes tranquila
laguna (Autonomía):
«Padeced, les responde, eternamente;
Que así castigo a aquel que no examina
Si su solicitud será su ruina.»