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lunes, 25 de agosto de 2014

"La zorra y las uvas" y la consulta soberanista catalana

Fábula de ayer...
La zorra intentando coger las uvas

La Zorra y las uvas

(Félix María de Samaniego)

Es voz común que a más del mediodía
en ayunas la Zorra iba cazando.
Halla una parra, quédase mirando
de la alta vid el fruto que pendía.
    Cansábala mil ansias y congojas
no alcanzar a las uvas con la garra,
al mostrar a sus dientes la alta parra
negros racimos entre verdes hojas.
    Miró, saltó y anduvo en probaduras;
pero vio el imposible ya de fijo.
Entonces fue cuando la Zorra dijo:
"No las quiero comer. No están maduras".

    No por eso te muestres impaciente
si se te frustra, Fabio, algún intento;
aplica bien el cuento
y di:
 No están maduras, frescamente.

...y Fábula de hoy

La consulta separatista catalana en agua de borrajas                                        
Celebración de la Díada cada 11 de septiembre

Ana Alejandre
            La prensa ha recogido en estos últimos días los comentarios realizados por los partidos catalanes que pactaron la consulta secesionista del 9 de noviembre de este año, en los que asumen que dicha consulta no se celebrará, por lo que expresan el deseo de adelantar las elecciones autonómicas que sería la única posibilidad de salir airoso Artur Mas, tras comprobar el evidente fracaso de su proyecto "bomba" durante su mandato, como era el de proclamar la secesión de Cataluña del Estado español.
            Ante el posible recurso que pueda presentar el Gobierno español ante el Tribunal Constitucional y que supondría la suspensión automática de dicha consulta, Convergència, abrumada por el gravísimo caso Pujol, intenta evitar que ERC rompa su pacto de legislatura, lo que pondría en evidencia la fragilidad del Ejecutivo de Mas ante su electorado  por ser incapaz de cumplir sus promesas soberanistas que habrían quedado en agua de borrajas.
            Por dicho motivo el partido convergente busca la posibilidad de separarse de Unió -su socia en CiU que no admite una consulta ilegal-, admitiendo que los diferentes punto de vista que tienen ambos partidos políticos son una fuente de tensiones en la federación, según manifiesta Josep Rull, que admite sin ambages que, a cierto plazo, la ruptura de ambas formaciones políticas sería un hecho.
         Ante esta situación, la formación liderada por Josep Duran Lleida está preparando un movimiento centrista, cuya presentación sería en otoño y que sería el primer paso para convertirse en partido político en el futuro.
            Esquerra hace presión a CiU para que convoque la consulta del 9N, aunque el TC la declare ilegal (buena muestra del talante democrático de este partido político), en voz de Oriol Junqueras, su Presidente, en un artículo publicado en El Punt Avui. Aunque parezca sorprendente, la intención de voto augura como ganador en las elecciones autonómicas que se llevarían a cabo en 2016 a ERC -lo que es preocupante para los verdaderos demócratas ante el desprecio al Estado de Derecho del que hace gala dicha formación-, por lo que este partido está ya actuando para que, en caso de que se produjera el adelanto electoral, nunca se llevaría a cabo antes de las elecciones municipales de 2015, para así ganar votos y territorio para intentar llegar al Gobierno catalán. Mientras les dicen a sus votantes que tengan paciencia en un proceso que no será fácil, acusando a Gobierno español de utilizar el "discurso del miedo" contra la independencia de Cataluña, por lo que la portavoz de ERC, Anna Simó, adelanta que habrá problemas de liquidez en la administración catalana, pero que serán temporales, si acaso de un mes de retraso en el cobro de pensionistas o funcionarios -ante lo que los aludidos habrán pensado ¿y por qué no el retraso en cobrar vuestro sueldo de políticos?-.
            El PSC apoya a un futuro estado federal, posición que se enfrenta a la posible reforma constitucional que proponía Rubalcaba, y que Miguel Iceta, el actual Secretario de los socialistas catalanes, rechaza, proponiendo a Mas una alianza para intentar negociar con el Gobierno sobre un nueva consulta legal.
            ICV, todavía duda si da el sí a esta supuesta e improbable consulta separatista, y aunque esta formación política apoya el referéndum, antes tiene que someter a votación de sus bases si el partido acepta la idea de independencia. Aunque todo este tema lo trata despacio y su coordinador, Joan Herrera, pidió cautela y acudir en masa a la movilización del 11 de septiembre y, en caso de que la consulta no se llevara a cabo por la impugnación del Gobierno ante el TC, dar todos los partidos a favor de la consulta una respuesta conjunta
         A todo este galimatías de opiniones, se suma el comentario realizado por el Presidente de la Sociedad Civil Catalana, Josep Ramón Bosch,  en un encuentro en El Escorial, el 23 del presente mes, quien ha dicho, que la consulta del 9 de noviembre "es puro teatro", porque no se realizará ninguna consulta separatista en Cataluña y añadió que "todos los que la apoyan lo saben" -poniendo así de manifiesto la hipocresía y cinismo de Mas y adláteres frente a sus electores-, porque el propio Mas le dijo en privado que no cometería ninguna ilegalidad...
         Bosch afirmó que aunque la consulta no se lleve a cabo, sí habrá algún simulacro de votación en ese día de la cacareada consulta, para dejar a los seguidores de Mas menos mosqueados de lo que ya lo están leyendo tales noticias.
            Bosch se declara favorable a una posible modificación constitucional y a la importancia de volver a hacer resurgir la ilusión de los catalanes hacia el proyecto común de España -aunque no dijo que también es necesaria hacer renacer la ilusión del resto de los españoles hacia Cataluña que está bajo mínimos, visto lo visto, aunque sólo se oyen los lamentos de quienes se quejan y arman barullo-. También habla de conseguir una revisión del sistema de financiación -¿sólo para Cataluña y no para el resto de las Comunidades que recibe menos y se queja menos?-, aunque sí apuntó que Cataluña no sufre ningún expolio -pero sí muchas otras Comunidades más pobres, sufridas y calladas que son siempre las que salen perdiendo-. La lengua catalana es un tema muy "sensible" y debe contar con el apoyo del Gobierno -y la castellana, lengua oficial del Estado español, la gallega,  el bable, el aranés, el euskera y todas las demás que son igualmente "sensibles" para quienes las hablan y merecen el mismo respeto que el catalán-, y ese tema de la lengua lo han fagocitado y usado los separatistas.
            En una palabra, que toda las amenazas de consulta separatista y declaración unilateral de independencia de Mas y los partidos separatistas que le apoyan (la zorra), han intentado de todas las formas posibles conseguir que el Gobierno del Estado español le aplaudiera en su idea secesionista (las uvas), lo que es un disparate mayúsculo, con amenazas, chantajes y demás triquiñuelas (enseñar sus dientes) que convirtieron a Cataluña en el foco de atención de los españoles en plena crisis, situación de debilidad que Mas y su gobierno aprovecharon para querer hacer caja, es decir recibir más, dar menos y ser catalanes-españoles de primera y el resto de segunda categoría como parece ser que es lo que nos corresponde, según el ideario de los nacionalistas catalanes.
            Cuando ha visto que el asunto se le escapaba de las manos, después del reciente encuentro que tuvo Mas con Rajoy en el que éste último le dijo que el Presidente del Gobierno no puede apoyar una idea separatista que es anticonstitucional -¿tenía que explicárselo Rajoy para que lo entendiera el obtuso de Mas?-, tendrá que decirle a sus votantes -esos ingenuos catalanes de buena fe que creyeron a pie juntillas que la consulta soberanista se iba a llevar a cabo como les prometía su líder carismático y salvador de Cataluña del expolio español, Artur Mas-, que "de lo dicho no hay nada porque si cumplo lo que prometí me harán pupa y a Cataluña también, ya que aún no es el momento de intentar la separación del Estado español" (están verdes las uvas).
          Después, con unas declaraciones conjuntas de todas las formaciones políticas catalanas pro consulta en favor de la independencia catalana y las diferencias de esa Comunidad con el resto de Comunidades (nacionalidades), más la manifestación de la Diada, del 11 de septiembre, sacando la bandera catalana en procesión, más músicos, bailarines y caras contritas, se irán cada uno a su casa, guardando los carteles que dicen: "Catalunya: nou Estat d'Europa" para mejor ocasión, mientras van diciendo por "lo bajini" aquello que dijo la zorra y sacarán la la moraleja consiguiente:

"No las quiero comerNo están maduras".    

No por eso te muestres impaciente
si se te frustra, Fabio, algún intento;
aplica bien el cuento
y di:
 No están maduras, frescamente.




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lunes, 10 de febrero de 2014

El labrador y la cigüeña y

Fábula de ayer..                                                                                                         

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El labrador y la cigüeña
(Félix María de Samaniego)

Un Labrador miraba
Con duelo su sembrado,
Porque gansos y grullas
De su trigo solían hacer pasto.
Armó sin más tardanza
Diestramente sus lazos,
Y cayeron en ellos
La Cigüeña, las grullas y los gansos.
«Señor rústico, dijo
La Cigüeña temblando,
Quíteme las prisiones,
Pues no merezco pena de culpados;
La diosa Ceres sabe
Que, lejos de hacer daño,
Limpio de sabandijas,
De culebras y víboras los campos.»
«Nada me satisface,
Respondió el hombre airado:
Te hallé con delincuentes,
Con ellos morirás entre mis manos.»
La inocente Cigüeña
Tuvo el fin desgraciado,
Que pueden prometerse
Los buenos que se juntan con los malos.

Y...

Fábula de hoy

La Infanta Doña Cristina a su entrado
 en el Juzgado de Palma de Mca.
La imputación de la infanta en el caso Noos                                                                    

por Ana Alejandre

La fábula de Samaniego pone en evidencia la triste situación de quien, por amor, amistad o simple conveniencia, y aún siendo un ser inocente y no dañino (La Infanta Doña Cristina) como era la cigüeña de la fábula -animal muy benéfico para los campos, pues limpia los campos de pequeña alimañas ciertamente dañinas para los sembrados-, son igualmente castigados y víctimas de sospecha de hacer desmanes por haber estado unidos a quienes son presuntos culpables de actos ilícitos (Iñaki Urdangarín), con quien está unida por los vínculos matrimoniales y, además de ser padres de cuatro hijos.
            No importa ante la opinión pública la inexistencia de pruebas evidentes de la culpabilidad de doña Cristina, pues sólo existen meros indicios y el más importante por ser copropietaria del 50% de las acciones de Aizoon, empresa que ha sido investigada en el mencionado caso por fraude fiscal y blanqueo de dinero, por lo que ha tenido que declarar como imputada en el famoso caso Noos, lo que ha restado credibilidad, respeto y ha deteriorado la imagen de la Casa Real, además de dañar la honorabilidad y la imagen impecable que han tenido todos sus miembros, incluida la propia Infanta ahora encausada que ha declarado, el pasado día 8 de febrero, ante el juez Castro que es el Juez instructor del caso.
            La infanta, en respuesta a las preguntas que le ha realizado el mencionado juez, ha manifestado que no ha participado directamente en la contabilidad de dicha empresa, porque estaba confiada a un bufete de abogados, y que ha confiado siempre en la honestidad y buen hacer de su marido, principal imputado junto a su socio Torres (los gansos y las grullas de la fábula) y contra los que existen  serios indicios de haber cometido dichos delitos por los que están imputados.
            Naturalmente, las respuestas de la Infanta no han satisfecho a la opinión pública que ya la ha sentenciado antes de que se dicte sentencia, sin pruebas, ni más evidencias que la de su propia condición de Infanta de España y esposa del principal imputado, lo que para la izquierda ultramontana, los republicanos y los nacionalistas, siempre  será un disculpa útil y eficaz para atacar a la Monarquía, porque lo que no se perdona nunca, sobre todo por parte de esos movimientos supuestamente igualitarios, es que alguien, en este caso Doña Cristina, haya tenido unos privilegios, propios de su condición de Infanta y,  por ese simple motivo, es y será siempre culpable de unos hechos delictivos, los haya cometido o no.
            La única culpa que haya podido tener Doña Cristina -como tantas mujeres que no son Infantas, ni ricas ni famosas-, es la de haberse enamorado de un hombre que puede ser o no culpable -eso lo tendrá que determinar la correspondiente sentencia ante las pruebas presentadas por la Fiscalía y la acusación particular-, y de haber confiado en él como toda mujer enamorada hace, enredándose así en los líos legales, los chanchullos, los tejemanejes que haya podido llevar a cabo el hombre en quien confió y amó, aunque eso se vuelva en su contra, porque la acusación particular ya dice que "sabía" que iba a utilizar la disculpa de la confianza absoluta en su marido por amor.
            Naturalmente, no importa a la opinión pública, o a una buena parte de ella, que sea verdad, lo que es algo que le honra como mujer, esposa y madre, porque lo que puede justificar su conducta moralmente se convierte así en una disculpa absurda para tapar su supuesta culpabilidad aún no demostrada, pero  que es evidente y sin posibilidad alguna de inocencia para todos los que siempre acusan sin más pruebas que sus propias creencias, sus prejuicios, animadversión a una institución como es la Monarquía o ideología, a quienes han tenido los privilegios normales para quienes ostentan una posición de poder o fortuna que siempre es y será -no hay que olvidarlo-, su peor y más inexcusable falta y motivo de acusación ante la opinión de un pueblo que lo perdona todo menos los privilegios de quienes los han tenido desde su nacimiento y por ese simple hecho.
            No hay juez más cruel que la opinión pública, ese monstruo sin cabeza, pero que tiene muchas caras que gritan y vociferan pidiendo justicia en estos casos contra unos "supuestos" culpables sin que haya habido una sentencia que los condene; pero, al mismo tiempo, atacan a los policías, los insultan e intentan impedir la detención de culpables cogidos "in fraganti" en pleno acto delictivo, porque los "pobres chicos" son unas víctimas de la supuesta dureza policial que intentan detener a unos "inocentes" que han sido cogidos quemando contenedores, rompiendo cristaleras de entidades bancarias o comercios, amenazando con una escopeta de cañones recortados mientras perpetraban un asalto a un  indefenso comerciante, o le han rebañado el cuello a algún ciudadano que iba tranquilamente por la calle y se ha resistido a ser atracado. Por eso, atacan los defensores de esos "inocentes delincuentes" a los policías que intentan cumplir con su deber de detener a unos delincuentes que son detenidos por cometer actos vandálico o delitos manifiestos, convirtiéndose así los policías en víctimas de la incomprensión, ataques y críticas de los ciudadanos a los que están intentando proteger en sus vidas y bienes.
            La Infanta, Doña Cristina, ha pecado de ingenua, de noble y de confiada, pero no sólo por creer en la inocencia de su marido, sino por no darse cuenta de que el pueblo español (el labrador) siempre tiene el patíbulo preparado para "ajusticiar" a quienes, por haberlo tenido todo, son siempre culpables por el simple hecho de haber nacido entre encajes y almohadones de una alta cuna, tan alta como lo es la envidia del pueblo que nunca olvida y, menos aún, perdona unos privilegios que el resto de los ciudadanos no ha disfrutado.
            Eso le lleva a hacer "justicia", mezclando a justos y culpables, si estos lo son realmente, y los primeros sólo cometieron el pecado de no medir bien las consecuencias que provocan las malas compañías -aunque éstas parecieran durante mucho tiempo gente honrada-, porque a unos y otros no los condenan sólo sus supuestos actos ilícitos sino, también y sobre todo, la opinión pública siempre sedienta de culpables a quienes condenar, por lo que nunca aceptará su posible inocencia por el mero hecho de que han gozado siempre de una situación de privilegios que es siempre el mayor y más imperdonable delito.
             Ya decía el fabulista Samaniego:

            La inocente Cigüeña
            Tuvo el fin desgraciado,
            Que pueden prometerse
            Los buenos que se juntan con los malos.